A estas alturas todos sabemos la importancia de tener una buena marca personal online. Que ante una casual o premeditada búsqueda de nuestro nombre, no salga relacionado nada negativo ni ninguna actividad que pueda desdibujar la concepción que terceros puedan tener de nosotros si no nos conocen en persona.
Así, a día de hoy es más que común que ante una posible contratación no solo tengamos que defender nuestra candidatura en persona, sino que también nos tengamos que enfrentar a una búsqueda de nuestro rastro digital donde probablemente queden expuestos nuestros gustos, nuestras fotografías y nuestras opiniones sobre ciertos temas.
No debemos quedarnos únicamente en el factor búsqueda de empleo: cada vez más, el buscador de Google es la mayor fuente de conocimiento que podemos adquirir sobre cualquier tema, incluido las personas, quedando expuesta toda esta información para otros ámbitos igual de importante como los negocios, la concesión de un crédito, la fundación de una sociedad… ¿Te harías socio inversor de una persona cuyas opiniones sean escandalosamente contrarias a las tuyas?
¿Qué ocurre cuando nuestra marca personal online no es la deseada?, ¿podemos reiniciarla, es decir, crearla de nuevo sin ningún tipo de mancha?
Antes de hacer frente al problema, lo primero es comprender la importancia que tiene la reputación online. Una buena reputación se sustenta en pilares que cuanto más firmes sean, más confianza y credibilidad transmiten a las personas que nos rodean e interactúan con nosotros.
Esos pilares sirven básicamente para que la concepción que tienen o se pueden crear sobre ti las personas que buscan tu rastro digital, sea positiva y no influya en las interacciones que puedas hacer fuera del entorno virtual. Estos pilares se construyen a través de lo que escribimos, publicamos e incluso visitamos en internet a lo largo de años.
Así, volviendo a quien quiere contratarnos y nos busca en internet, probablemente no se conforme únicamente con el perfil de Linkedin, ya que es consciente que nadie va a expresar opiniones demasiado personales o exponer actividades ociosas en su cuenta: buceará desde comentarios en foros (aunque salga del ámbito profesional) hasta likes en publicaciones de terceros.
El 69% de los reclutadores confiensan haber rechazado a un candidato después de consultar información y revisar sus perfiles en redes sociales
¿Qué fin tiene este ejercicio de voyeurismo, más común de lo que puedas llegar a pensar, para prácticas laborales? Pues para averiguar sobre ciertos valores que en una entrevista profesional no llegan a aflorar tanto como en una búsqueda online. Así, si en la entrevista te declaras defensor de las causas perdidas y resulta que aparece una imagen tuya en el buscador donde te posicionen en el lado de los opresores más que en el de los oprimidos… ya puedes imaginar la impresión que causas a tu, ya no tan probable, candidato a nuevo jefe.
Pero no solo tiene repercusiones laborales una marca online personal mal gestionada: en un mundo cada vez más hiperconectado, está resultando más provechoso y veraz lo que proyectamos en internet que lo que defendemos en la “vida real”. Así, desde la concesión hipotecaria hasta la de becas y ayudas estatales pueden llegar a supeditarse a nuestro “crédito social”, algo que ya comienza a suceder mediante un sistema de valoración en China.
La clave por tanto de una buena reputación online es que sea coherente con tu realidad, que tú tengas el control sobre todas las acciones que se produzcan tanto en el ámbito online como real y no tengas que defender ninguna posición contraria en base a los que otros hayan dicho de ti o incluso de lo que tú hayas dicho sobre otros.
No tiene sentido que si eres una persona solvente y responsable en los negocios, se te pueda cuestionar por opiniones poco fundamentadas en tu contra pero que, por circunstancias que escapan a tu control, aparecen vinculadas a tu persona en una búsqueda de tu nombre en internet. Es a ese momento donde debes plantearte actuar.
Insistimos: ocurre mucho más de lo que podamos llegar a pensar y la tendencia es que cada vez tenga más peso en un mundo que va camino a la hiperconexión absoluta. Quedarnos con el ejemplo de la búsqueda de empleo es simplemente “rascar” la realidad, que se puede ver afectada en los siguientes ámbitos:
Quizás hayas oído hablar de cómo resolver una crisis de reputación online, incluso de la eliminación de contenido desfavorable para restaurar una imagen pública pero, ¿qué es eso del reinicio de la marca personal?
Un reinicio de reputación online consiste en el reposicionamiento. Es decir, reordenar el contenido que aparece destacado tras la búsqueda de nuestro nombre para que sea coherente y dibuje un perfil “defendible” con facilidad o bien un perfil totalmente renovado y que diste del anterior.
Así, también se acude a técnicas propias de la limpieza de reputación (eliminación de todo el contenido negativo que sea posible, solicitar que se retiren referencias poco beneficiosas a nuestra imagen online, etc.), pero va más allá en una de sus acciones: la creación de contenido positivo que, o bien lo alinea en cómo se puede interpretar o quitar relevancia al contenido negativo, o lo desvincula totalmente tratando otros temas contrarios o ajenos.
Cada caso requerirá una estrategia de creación de contenido según la gravedad de la crisis, la relevancia de las páginas negativas y la imagen que queramos proyectar o “reiniciar”, teniendo opciones que van desde ocultar, renegar o incluso matizar el contenido negativo, hasta la creación de nuevas cuentas, nuevas acciones y nuevas páginas a nuestro nombre veraces.
De esta forma, allá donde la limpieza de reputación no puede o no llega (eliminación de páginas sin un motivo legal o contenido que no esté protegido por la RGPD por ejemplo), la estrategia se puede adecuar no basándose únicamente en ocultar el contenido negativo bajo un torrente de nuevo contenido positivo, sino crear material que “justifique”, “maquille” o quite importancia al nocivo, a la par que no se hace énfasis en lo contrario.
Visto en un caso práctico, una estrategia de contenidos emprendida en este sentido a nivel de negocio y no personal, es muy parecida a la que llevó a cabo a principios de este año la marca de moda sueca H&M, cuando se le acusó de racista por una desafortunada colección de sudaderas en la que se indicaba como “el mono más chulo de la jungla” a un niño modelo de raza afroamericana.
Esta crisis de magnitud gigantesca (produjo el cierre de 170 tiendas y graves disturbios en Sudáfrica) se produjo hace apenas 8 meses, ¿alguien la recuerda? La cadena sueca se preocupó por desplegar un plan de crisis de reputación online ágil y eficaz, siendo consciente que al haberse convertido en foco de todas las noticias, este hecho era algo que no podían obviar sin más y apresurándose en dar explicaciones, en forma de miles de notas de prensa, entrevistas y reportajes en el que se disculpaban por el hecho, lo matizaban y se comprometían a revisar sus políticas para que no volviera a suceder.
En febrero de 2018 H&M vivía la peor crisis de reputación de su historia. A octubre del mismo año nos tenemos que remitir a la 6º página de resultados de Google para encontrar referencias a este hecho
Solo una vez pudo apaciguar los ánimos, cuando ya nadie pudiera replicarles un intento de lavado de imagen, desplegaron todo su potencial marketiniano para hacer “desaparecer” de los primeros puestos. Un ejemplo de paciencia y buena praxis perfectamente extrapolable a las marcas personales.
Por otra parte, para que esta táctica tenga validez, también debemos actuar sobre el contenido positivo previo, eliminando referencias que puedan confundir o desdibujar la imagen que intentamos justificar. Trabajo que en el caso de H&M vino de revisar, editar o eliminar imágenes promocionales pasadas susceptibles de ser criticadas.
Este “reinicio” no impide el fin máximo de toda limpieza de reputación, que no es otro que eliminar toda referencia negativa. Algo que abordaremos cuando comience a ser relegada a puestos irrelevantes dentro de los buscadores a costa de generar un nuevo contenido o reoptimizando el existente. H&M lo ha llevado a cabo trabajando a conciencia cada una de las referencias que existen de los establecimientos de cada región.
Antes de poner en marcha un reinicio insistimos, es muy importante valorar el grado de las acciones a emprender para aplicar un reinicio total en los casos graves, o parcial para “luchar” contra unas páginas que nos mencionen sin que vaya a más el caso de desprestigio.
La práctica de cerrar todas nuestras cuentas en redes sociales y reabrirlas bajo la misma denominación o similar puede ser útil si se lleva a cabo de forma escalonada y coherente (sin recaer en los errores que nos hayan llevado a la crisis de marca personal o “poner fácil” a nuestros detractores que la reproduzcan nuevamente en ellas), pero supone perder todo el histórico de acciones positivas que se contengan en ellas, además de dar vía libre temporalmente al contenido negativo para escalar posiciones.
Por ello, debemos tener muy claro y bien definidos los pasos para ese “reinicio” de la marca personal online:
Cuesta mucho crear una reputación positiva y cuestión de segundos destruirla, lo cual no quita que sobre “esos escombros”, no podamos limpiarlos y volver a construirla. ¿Quieres que te ayudemos creando una estrategia que salvaguarde la imagen que proyectas en el mundo online? ¡Recupera el control sobre lo que dicen de ti!