El mundo virtual lo mueve todo y sabemos que la frontera entre lo analógico y digital es apenas existente. Nos hemos dejado embaucar por las nuevas tecnologías hasta dejarles que acaparen nuestra cotidianeidad y nos permitan tener un contacto permanente e instantáneo desde cualquier lugar, ahorrar en costes a la hora de emprender, saltarnos intermediarios en operaciones y burocracia del día a día…
No obstante, este mundo virtual a veces puede dar la sensación de ser “tierra de nadie” en la que todo y nada vale a la par y donde pocas personas saben el alcance legal y las consecuencias que una mala frase (o un mal día) le puede acarrear.
El principal problema de estas cuestiones no es otro que la dificultad de cada país para determinar sus propios márgenes legales. Internet es un claro ejemplo, pues al ser patrimonio mundial entran en conflicto un gran número de barreras y entradas de acciones que pueden resultar legal en un país, pero ilegal en otro.
Hoy explicaremos los aspectos legales que debemos considerar a la hora de promocionar nuestro servicio en Internet y hacer una correcta gestión del contenido digital, ya sea propio o ajeno.