El contenido semántico es una de las claves de Google para convertirse en el buscador de buscadores y lo que resulta aún más importante, para ofrecer al usuario exactamente lo que quiere encontrar a la hora de introducir un término en la barra de búsqueda.
Este hecho por supuesto, no debe pasar desapercibido entre los profesionales del contenido web, que deben conocer y crear sus piezas acorde a lo que demandan tanto buscadores, como usuarios, sin despistar y equilibrando entre las dos necesidades para poder alcanzar los primeros puestos entre los resultados. ¿Cómo podemos crear contenido semántico?
Google valora tanto el conocer de antemano qué demandan sus clientes, que beneficiará a las páginas que más vuelquen sus esfuerzos al mismo objetivo. Por ello, a día de hoy no es tan relevante (aunque sí sigue siendo muy importante) cómo optimizamos el contenido, sino cómo lo presentamos: cómo lo estructuramos para que sea de máxima utilidad al usuario y satisfaga de entrada las necesidades presentadas en la barra de búsquedas.
Una de las claves del marketing de contenidos es que para dar en la diana (en este caso alcanzar los primeros puestos de las búsquedas) primero debemos "entrenar", no tener prisa por crear un contenido que nos lleve a la venta o a conseguir del lector lo que deseamos al momento: primero debemos satisfacerlo a él y después, desplegar todas las técnicas y herramientas que, como es el caso del Inbound Marketing, nos sirva para finalmente conseguir nuestros objetivos comerciales.
Para ello, debemos ofrecer temas y contenidos relevantes. Así, si somos una pagina dedicada a la venta de coches de segunda mano, por ejemplo, y queremos vender un stock de diferentes modelos de Citroën Saxo, debemos comenzar nuestro contenido relacionado con el objetivo de venta definiéndolo, y después hablar sobre la historia de la marca, a qué respondió su fabricación, etc. Todo ello aunque lo único que nos interese es que vendamos diferentes modelos de este vehículo.
Posteriormente podrás sacar beneficio comercial mediante otras técnicas como el enlazado, los banners CTA, etc., pero, si te han encontrado porque hablas de X tema, desarróllalo sin obsesionarte en vender a través del marketing de contenidos.
¿Cómo podemos estructurar el contenido web para el usuario? Básicamente impidiendo que cuando accedan al contenido, vean un bloque de palabras sin descanso para la lectura y sin un atractivo que les llame la atención.
Para ello, debemos recurrir a los recursos que, ya sea en web o en cualquier publicación, sirven para relajar y hacer más atrayente la lectura:
Todas estas características de los textos gustan a los lectores, y por tanto, también a Google.
Tal es la importancia de ofrecer contenido adecuado (calidad, cantidad y rapidez) al usuario, que a día de hoy, aquellas páginas que no son responsive (que no están adaptadas para ser visualizadas correctamente en el formato móvil), han empezado a estar relegadas a los últimos puestos de búsqueda.
¿A quién no le gusta que le faciliten su trabajo? Por esta razón, Google será más generoso con aquellas páginas que ofrezcan herramientas que permitan que el propio usuario, catalogue la calidad del contenido ofrecido. De esta forma podrá recabar información de primera mano (proveniente del propio lector) sobre la calidad y utilidad del contenido.
¿Y cuáles son estas herramientas? Por ejemplo los widgets de calificación, que sirven para que el usuario, tras su paso por la página, pueda indicarte a ti como dueño de la página y a Google como el encargado de hacerla visible, qué le ha parecido tu contenido. Así, si le has ofrecido exactamente lo que necesitaba, aunque posteriormente le induzcas una posible venta u otra acción, te calificará con buena nota y el buscador considerará que si satisfaces al cliente, ofreces contenido digno de ganarse los primeros puestos.
Lo mismo ocurre con ofrecer de entrada la posibilidad de compartir el contenido en las redes sociales. Si un contenido se comparte es porque es de interés, y por tanto, de calidad.
Como último punto sobre cómo crear contenido semántico de calidad, insistimos en cómo Google responde generosamente a aquellos que facilitan y no obstaculizan, la forma mediante sus robots evalúan el contenido y lo definen como de calidad.
Pese a que por otra parte no debemos olvidarnos que el contenido debe ser presentado en base a lo que el usuario, y no el buscador, quiere, debemos proporcionarle todas las herramientas posibles para que detecte cuando antes que hemos seguido todos los pasos para una búsqueda semántica perfecta.
¿Y cómo lo conseguimos? Esta es una de las claves que desde su última actualización (Google Hummingbird), ha supuesto un nuevo cambio en las reglas de la optimización, y no es otra que dejando entrar de pleno en el juego a conceptos de programación como la estructura schema.org.
En definitiva, de lo que se trata a la hora de crear contenido semántico de calidad es de seguir los dos principios que marcan una buena optimización desde los inicios del SEO: ofrecer información útil al usuario y dar pistas a los buscadores sobre lo que queremos posicionar y el tipo de contenido que ofrecemos, solo que a día de hoy, para ello, nos debemos servir de herramientas útiles como el Inbound Marketing o la programación web.